Tuesday, December 18, 2018

¿Cuándo y por qué bautizar a los niños?

Esta pregunta es sencilla y voy a comenzar con la respuesta simple y directa: ¿Cuándo? Lo más pronto posible. ¿Por qué? Porque al bautizarlos se abre la puerta al don de la fe y de eso modo, les abrimos las puertas del cielo.

En abril de este año el Papa Francisco respondió al argumento de quienes creen que el bautismo no se le debe dar a un niño pequeño o bebé, sino que sería mejor esperar a que ellos decidan para que lo soliciten libremente.

Este argumento siempre me ha parecido un despropósito: es como si les diésemos la libertad de elegir su apellido y luego, cuando crezca, que elijan el de los padres si les parece lo mejor. Exactamente igual de absurdo.

Sin embargo, la respuesta del Papa va más allá y se las quisiera ofrecer. Con el bautismo “entra el Espíritu Santo y el Espíritu Santo hace que crezcan en ese niño, desde pequeño, virtudes cristianas que florecerán después”. “Siempre hay que dar a todos esta oportunidad, a todos los niños: la de tener dentro al Espíritu Santo que los guíe durante la vida”, dijo el Santo Padre.

Alguna vez un buen amigo me dijo a mí y a otros que, en ocasiones, los lazos de la fe son más fuertes que los lazos de la sangre. Y el primer lazo de la fe, que en el caso de los hijos pequeños va de la mano con los lazos de sangre, es el bautismo.

Con este sacramento una persona se hace cristiana, se convierte en hijo de Dios y renace en el Espíritu con la posibilidad de alcanzar la vida eterna.

No hay mayor acto de amor que bautizar a los hijos.
¿No tienes plata para la fiesta? Pues no hagas fiesta. ¿Quieres esperar a que cumple un año para hacer una celebración doble: el cumpleaños y el bautizo? No es necesario. ¿Quieres que esté presente una persona importante para ti y tu familia que está de viaje y llegará en seis meses? Este creo que es el único argumento (de estos tres) que es negociable, pero todo depende de las circunstancias específicas de cada caso.

Los dos primeros argumentos que puse de ejemplo de lo que las personas dicen para dilatar el momento del bautismo, realmente no me parecen válidos porque el bautismo no depende del dinero. Lo que importa al final es el sacramento.

Si lo que en realidad te importa es la celebración del sacramento y no el sacramento en sí mismo, entonces algo está fallando, hay un problema de comprensión, hace falta una mejor catequesis, más formación.

Si tienes hijos pequeños y aún no los has bautizado, hazlo. No esperes más. No importa si estás casado o no, ellos necesitan y merecen el sacramento, una de las mayores muestras del amor de Dios por todos y cada uno de nosotros.

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