Vi
la película con mi esposa y debo decir que me pareció interesante, bien
actuada. Creo que vale la pena un comentario.
Para
comenzar, creo que la película debería llamarse historia de un divorcio. En
esta cinta, Adam Driver (que también es Kylo Ren en la última entrega de Star
Wars) y Scarlett Johansson (la viuda negra o black widow de los Avengers) muestran
la dolorosa realidad de una pareja que decide divorciarse.
Creo
que no es un spoiler describir la primera escena. La película comienza con la
lectura de las cualidades de ambos. Él lee las de ella y ella las de él.
Mientras se oye a los dos describiendo lo buena persona que es el otro, se ve
distintas imágenes de la realidad cotidiana de los dos: lo que hacen, sus
trabajos, su dedicación, se ve un poco de todo.
No
parece el inicio de una película triste, intensa, dura y por momentos cruda en
el sentido de la realidad compleja por la que atraviesa una pareja que decide,
a pesar de todo, terminar con su matrimonio.
En
pocas palabras, la película termina siendo una especie de manual de lo que NO
se debe hacer en el matrimonio, de los pasos a seguir para acabar con uno que
no es necesariamente malo, que no parece ser complejo, parece ser un matrimonio
como cualquier otro, pero en este caso parece no haber una opción por el
perdón.
Sin
eso creo que nos perdemos de mucho y generamos una serie de vicios como el de
acumular tensiones y resentimientos no resueltos que pueden terminar estallando
para dar paso a la ruptura, el desamor, la distancia, la “guerra
fría”, como la llama con mucha propiedad nuestro querido Papa Francisco.
Esto
del perdón es particularmente necesario, tal vez más que antes en el
matrimonio, considerando que ahora de los que se casan, muchos lo hacen con la
idea del divorcio ante las dificultades. Poco a poco se ha ido debilitando el
espíritu de lucha y se ha ido instaurando esa “cultura del descarte”, de la que
también habla el Papa, que tira todo a la basura como si fuera descartable.
Vale
la pena ver Historia de un matrimonio, en pareja y dialogar, ver qué cosas
podría uno tener de eso que muestra la cinta. Puede servir también para el
diálogo entre parejas, y también para aconsejar a aquellas que pasan por
dificultades o aquellas en las que ha habido una infidelidad.
Sería
interesante, por ejemplo, ver una historia alterna con lo que habría ocurrido
si Nicoler Barber (Scarlet Johansson) leía ante el psicólogo o terapeuta de
parejas, al comienzo de la cinta, la lista de cualidades de Charlie Barber
(Adam Driver). Con
eso se puede hacer otra película, fácil.
Un
criterio que sí creo es dañino en la cinta es creer que el divorcio puede ser
del todo “amigable” o que puede resultar, al final de cuentas, una buena opción.
No lo creo.
El 25 de marzo de
2017, ante unas 50 mil personas en Milán, el Santo Padre dijo que “los niños nos ven y no se imaginan la angustia del niño
cuando los padres se pelean, ellos sufren. Y cuando los padres se separan, la cuenta
la pagan ellos”. “No se olviden, cuando ustedes pelean,
los niños sufren y no crecen en la fe”, agregó.
Los niños, continuó el Papa, “conocen nuestras alegrías,
nuestras tristezas y preocupaciones. Logran captar todo y, dado que son muy
intuitivos, sacan sus conclusiones y sus enseñanzas”.
“Saben cuándo hacemos trampa y cuándo no. Lo
saben. Por ello, una de las primeras cosas que les diré es: cuídenlos, cuiden
sus corazones, su alegría y su esperanza. Los ‘ojitos’ de vuestros hijos memorizan
y leen con el corazón”.
Si tú te has divorciado o separado y crees que ya no hay
vuelta atrás, creo que sí debes pedir perdón por tus faltas al otro. Tal vez
podría ser el inicio del reencuentro, quién sabe. Tal vez ese acercamiento es
lo que hace falta para reconstruirlo todo. Hazlo, no tengas miedo. Lo peor que puede pasar es que no resulte.
Si atraviesas por dificultades, busca gente prudente y
confiable que te ayude a luchar por tu matrimonio.
Si te va bien en el matrimonio, sigue construyéndolo
optando cada día por tu esposo o esposa, apostando cotidianamente por él o
ella. Vale la pena. Y si puedes, ayuda a otros a pelear por su matrimonio.
El mundo de hoy necesita matrimonios santos que
hagan familias santas, que brillen en medio de la oscuridad, que le recuerden a
todos que el amor para siempre es posible, real y vale cien por ciento la pena.
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