Para
comenzar tengo que decir que NO vale la pena ver la película.
Sin embargo, si
quieres verla, quisiera ofrecerte algunos comentarios para que tengas las cosas
claras: Narra tantas cosas falsas que sería demasiado largo enumerarlas, así
que solo voy a mencionar algunas, comenzando por las mentiras más gruesas.
Pero
antes, quisiera decir que, como dice la película, sí está “inspirada en hechos
reales”: la muerte del Papa San Juan Pablo II, la elección de Joseph Ratzinger
como Benedicto XVI, la renuncia de Benedicto XVI, el cónclave que eligió a
Francisco en marzo de 2013.
También
hay dos o tres cosas anecdóticas ciertas. El Papa Francisco es hincha del Club
San Lorenzo de Almagro (tengo la camiseta que usó el club, con permiso de la
Asociación de Fútbol Argentino – AFA, cuando fue elegido), el Cardenal Claudio
Hummes le dijo a Francisco “no te olvides de los pobres”. A Benedicto XVI le
gusta tocar el piano y tomar fanta. Creo que me olvido de una o dos cosas, pero no cambian mucho el comentario que quiero ofrecer.
El
resto parece la postura o mirada ideológica de quienes armaron la cinta, con dos graves acusaciones.
A
Benedicto lo muestran como encubridor del fundador y primer superior general de
los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, culpable de
múltiples abusos de menores, de otros miembros de la congregación y de vivir
una doble vida durante años.
Benedicto
XVI no lo encubrió. De
hecho él lo sancionó en 2006 y Maciel murió sancionado en 2008.
A
Francisco la cinta lo acusa de abandonar a los curas jesuitas Jalics y Yorio
ante la dictadura de la década de 1970 en Argentina, una acusación a la que el
mismo Papa Francisco y más de uno, incluso
gente que no es de la Iglesia, ya respondieron y bien en 2013, en los primeros
meses de su pontificado.
Al
final de cuentas, la película no me parece buena, pero está bien actuada y
tiene un casting muy bien pensado. Anthony Hopkins logra copiar bien algunos gestos de
Benedicto, aunque lo muestre como un irascible intransigente que creo no lo es, y Jonathan Pryce es genial en personificar a Francisco. Me atrevería a decir que parece su
"hermano".
No
he podido conversar nunca con Benedicto ni con Francisco, pero he leído todo o
casi todo (creo que me faltan muy pocas cosas) lo que han escrito, los he visto
en distintos países como Brasil, México, Corea del Sur, España, Alemania y también
en el Vaticano.
No
creo que sean como la cinta intenta retratarlos.
De
hecho Francisco dijo en una entrevista hace un tiempo que no ve televisión y la
cinta muestra otra cosa.
Y
creer que Benedicto es un ignorante del fútbol es casi como decir que no toma
cerveza siendo bávaro.
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Aunque mencionas de "... A Benedicto lo muestran como encubridor del fundador y primer superior general de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, culpable de múltiples abusos de menores..." Solo desmientes lo de Francisco, lo otro ni lo mencionas. La Iglesia tiene sus luces y sombras. Antes de desmentir películas o historias, hay que hacer bien las cosas y, hacer lo que se tenga que hacer, para expulsar y procesar al delincuente, no porque sea la imagen o el amigo cercano hay que encubrirlo. Un abrazo.
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