Monday, January 6, 2020

Historia de un matrimonio

Vi la película con mi esposa y debo decir que me pareció interesante, bien actuada. Creo que vale la pena un comentario.

Para comenzar, creo que la película debería llamarse historia de un divorcio. En esta cinta, Adam Driver (que también es Kylo Ren en la última entrega de Star Wars) y Scarlett Johansson (la viuda negra o black widow de los Avengers) muestran la dolorosa realidad de una pareja que decide divorciarse.

Creo que no es un spoiler describir la primera escena. La película comienza con la lectura de las cualidades de ambos. Él lee las de ella y ella las de él. Mientras se oye a los dos describiendo lo buena persona que es el otro, se ve distintas imágenes de la realidad cotidiana de los dos: lo que hacen, sus trabajos, su dedicación, se ve un poco de todo.

No parece el inicio de una película triste, intensa, dura y por momentos cruda en el sentido de la realidad compleja por la que atraviesa una pareja que decide, a pesar de todo, terminar con su matrimonio.

En pocas palabras, la película termina siendo una especie de manual de lo que NO se debe hacer en el matrimonio, de los pasos a seguir para acabar con uno que no es necesariamente malo, que no parece ser complejo, parece ser un matrimonio como cualquier otro, pero en este caso parece no haber una opción por el perdón.


Sin eso creo que nos perdemos de mucho y generamos una serie de vicios como el de acumular tensiones y resentimientos no resueltos que pueden terminar estallando para dar paso a la ruptura, el desamor, la distancia, la “guerra fría”, como la llama con mucha propiedad nuestro querido Papa Francisco.

Esto del perdón es particularmente necesario, tal vez más que antes en el matrimonio, considerando que ahora de los que se casan, muchos lo hacen con la idea del divorcio ante las dificultades. Poco a poco se ha ido debilitando el espíritu de lucha y se ha ido instaurando esa “cultura del descarte”, de la que también habla el Papa, que tira todo a la basura como si fuera descartable.

Vale la pena ver Historia de un matrimonio, en pareja y dialogar, ver qué cosas podría uno tener de eso que muestra la cinta. Puede servir también para el diálogo entre parejas, y también para aconsejar a aquellas que pasan por dificultades o aquellas en las que ha habido una infidelidad.

Sería interesante, por ejemplo, ver una historia alterna con lo que habría ocurrido si Nicoler Barber (Scarlet Johansson) leía ante el psicólogo o terapeuta de parejas, al comienzo de la cinta, la lista de cualidades de Charlie Barber (Adam Driver). Con eso se puede hacer otra película, fácil.

Un criterio que sí creo es dañino en la cinta es creer que el divorcio puede ser del todo “amigable” o que puede resultar, al final de cuentas, una buena opción. No lo creo.

El 25 de marzo de 2017, ante unas 50 mil personas en Milán, el Santo Padre dijo que “los niños nos ven y no se imaginan la angustia del niño cuando los padres se pelean, ellos sufren. Y cuando los padres se separan, la cuenta la pagan ellos”. “No se olviden, cuando ustedes pelean, los niños sufren y no crecen en la fe”, agregó.

Los niños, continuó el Papa, “conocen nuestras alegrías, nuestras tristezas y preocupaciones. Logran captar todo y, dado que son muy intuitivos, sacan sus conclusiones y sus enseñanzas”.

“Saben cuándo hacemos trampa y cuándo no. Lo saben. Por ello, una de las primeras cosas que les diré es: cuídenlos, cuiden sus corazones, su alegría y su esperanza. Los ‘ojitos’ de vuestros hijos memorizan y leen con el corazón”.

Si tú te has divorciado o separado y crees que ya no hay vuelta atrás, creo que sí debes pedir perdón por tus faltas al otro. Tal vez podría ser el inicio del reencuentro, quién sabe. Tal vez ese acercamiento es lo que hace falta para reconstruirlo todo. Hazlo, no tengas miedo. Lo peor que puede pasar es que no resulte.

Si atraviesas por dificultades, busca gente prudente y confiable que te ayude a luchar por tu matrimonio.

Si te va bien en el matrimonio, sigue construyéndolo optando cada día por tu esposo o esposa, apostando cotidianamente por él o ella. Vale la pena. Y si puedes, ayuda a otros a pelear por su matrimonio.

El mundo de hoy necesita matrimonios santos que hagan familias santas, que brillen en medio de la oscuridad, que le recuerden a todos que el amor para siempre es posible, real y vale cien por ciento la pena.

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