El
tiempo que nos ha tocado vivir ahora con el coronavirus ciertamente presenta
una serie de desafíos que son complejos y para los cuales no hay respuestas
fáciles. Habrá quienes piensen que todo estará mejor en algún momento, habrá
quienes crean que este es el comienzo del fin, y habrá otros que piensen de
modo equilibrado, algo que no es sencillo de lograr, pero creo es a lo que
tenemos que apuntar.
Cada
uno tiene sus propias circunstancias y, si bien estas pueden variar de una
persona a otra o de una familia a otra, quisiera aportar una breve reflexión
con cinco pautas generales para afrontar
mejor los días y meses que se nos vienen en el futuro próximo.
1.-
Dialoga: Esta es la hora del diálogo
que se hace más necesario que nunca. Si no tienes la costumbre de hablar con tu
esposo, esposa, hijos o con los parientes o personas con quienes vives, pues
este es un buen momento para comenzar. Nunca es tarde para el diálogo.
Puede
sonar trillado, pero si no hacemos un acento en esto en esta época, será más
difícil afrontar este tiempo que viene cargado de desafíos, retos, problemas y
situaciones para las que no estamos preparados, considerando lo inédito de todo
lo que está pasando y la cuarentena que ahora nos toca en muchos lugares del
mundo, sin una fecha clara de finalización.
2.-
Ayuda: Siempre, siempre, siempre habrá
alguien que te necesite. Puede ser alguien tan evidente como tu esposo o hijos,
o alguien en tu barrio, o un amigo o amiga a quien no ves hace tiempo, o
alguien que está allí y que por distintas razones podría no pedir ayuda por
temor, vergüenza o quién sabe qué cosa. La ayuda en estos días tiene muchas
formas: una llamada, algo de dinero, alguna cosa que otra persona no pueda
conseguir, medicinas, etc., etc., etc.
3.-
Aconseja y/o pide consejo: Esto
podría estar en el marco de la sugerencia anterior, pero por las circunstancias
creo que merecen estar aparte. Las decisiones de diversos tipos –como las
económicas, las laborales o qué hacer con el colegio de los niños en edad
preescolar (kínder)– que tenemos que tomar ahora, requieren pensar en frío, con
calma y mirando a futuro para buscar lo mejor para nosotros y los nuestros.
Por
lo complicado de las circunstancias, vale la pena buscar consejo o aconsejar
ahí donde vemos que haga falta. No hace falta inmiscuirnos donde no nos llaman.
No es esa la idea tampoco. Aconsejemos con prudencia y busquemos personas
prudentes y sensatas para pedirles consejo.
Aquí
una sugerencia mía, si tú y tu esposo o esposa mantienen cuentas separadas del
dinero, tal vez este sea el momento de unirlo para tener un solo fondo. Te
comparto lo que creo sobre esto: si los casados lo compartimos todo y lo damos
todo de nosotros mismos en las relaciones sexuales que son la expresión más
hermosa y plena del amor conyugal, ¿por qué no habríamos de compartir también la
plata?
4.-
Alienta: En estos días y debido a
los muchos problemas económicos y de otros tipos que la cuarentena ha generado
y sigue generando, es relativamente sencillo desalentarse y tirar la toalla o
pensar que no habrá solución para algunas cosas. No sabemos a ciencia cierta si
nos irá mejor o peor.
A mí me anima mucho lo dicho por el buen Arzobispo de
Los Ángeles hace unos días en su columna, hablando de Dios: “En algunos
casos, Él está despojándonos de nuestras escuelas, de nuestros trabajos, de
nuestros medios de vida, incluso de nuestra conexión física con nuestros seres
queridos. Estas son las cruces que nos está llamando a cargar, así como él
llevó su cruz por nosotros. Todos estamos sufriendo, todos estamos de luto.
Entonces, necesitamos llevar nuestras cruces juntos con Jesús. Él nos despoja de aquello en lo que
confiamos, para que nos apoyemos solo en Él”.
También
resulta alentadora la reflexión del Cardenal venezolano Jorge Urosa, que hace
unos días, animaba a que el ejemplo de San
Damián de Molokai, el “Apóstol de los leprosos”, y de otros “sacerdotes,
religiosos y laicos, héroes del Covid19, nos mueva a sentirnos más cerca de
Dios, y a servir con generosidad a todos nuestros hermanos”.
5.-
Reza: Hay muchas razones para la
oración en estos días: podemos pedir por nuestras necesidades económicas,
podemos pedirle sabiduría al Señor para tomar las decisiones complicadas,
podemos implorarle al buen Padre que nos ayude a ser pacientes con los hijos
que también sufren el encierro, podemos rogarle a Dios que acabe esta pandemia
y que las cosas vuelvan a la normalidad. Podemos pedir mil cosas y agradecerle
al Señor también todo lo bueno que tenemos.
Podemos
rezar por los muertos, por los que están lejos de Dios, podemos rezar por
muchas intenciones, cada uno tiene las suyas. Sean las que sean, recemos,
levantemos el corazón al Señor para que Él lo tome en sus manos, nos transforme
y nos ayude a ser lo que tenemos que ser.
Yo les ofrezco mis oraciones
y me confío con mi familia a las suyas.
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