Tuesday, December 11, 2018

Wifi Ralph: Para verla en familia


El viernes fui con mi esposa y mi hijo mayor al cine a ver “Wifi Ralph” o “Ralph rome Internet”. La película es muy divertida y es, ciertamente, bastante recomendable.

La película es la saga de “Ralph, el demoledor” del año 2012. No hace falta haber visto la anterior para ver esta nueva cinta de Disney.

Querido lector, puedes seguir tranquilo, no hay spoilers, solo una breve descripción de la trama para que comprendas la reflexión.

La cinta muestra a dos personajes sobre quienes gira la historia. Por un lado Ralph, que es algo así como un joven adulto que siempre hace lo mismo y que considera su vida perfecta justamente por eso; y junto a ella la pequeña Vanellope, que está aburrida de hacer precisamente eso: siempre lo mismo.

La película nos enseña mucho sobre la amistad, sobre la capacidad de ponerse en el lugar del otro aunque a veces no sea fácil, o incluso cuando eso pueda causar dolor. La cinta nos habla de los sueños y los anhelos que están en el corazón y que solo permiten ser feliz a la persona cuando se responde honestamente a ellos.

Queriéndolo o sin querer, Disney hace una película sobre una amistad sana entre un hombre y una mujer, sobre una amistad a prueba de todo, incluso de los propios errores.

Una cosa en la que me quedé pensando al final de la película es en la capacidad que debemos formarnos los que somos padres para dejar que nuestros hijos cumplan y realicen nuestros sueños, que podrían ser completamente opuestos a los nuestros o a la meta u objetivos que creemos son los mejores para ellos.

No es sencillo alentar la libertad, menos cuando esa libertad puede llevar a nuestros hijos a ser algo que nosotros no queremos o no esperamos o nunca pensamos.

Mirando al pasado, le doy gracias a mis padres que nunca se opusieron a nada de lo que quise hacer o estudiar con vistas al futuro (que ahora es mi presente). Ahora con un poco más de años sé que lo que escogí no es lo que mi papá quería para mí y por eso le agradezco aún más.

Yo espero poder hacer lo mismo y espero poder darle alas a mis pequeños para que lleguen adonde tienen que llegar, para que puedan responder con toda honestidad al anhelo profundo que ya llevan en el corazón.

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