Tuesday, April 16, 2019

Semana Santa no son vacaciones

Esta mañana escuché la noticia sobre los planes de la policía para controlar el tráfico en las salidas de Lima por Semana Santa, cuando muchos van a la playa o a descansar fuera de la ciudad. 

Es claro que, para quienes deciden hacer esto, estos días han perdido su carácter sagrado.

Lo digo claro y sin titubeos: La Semana Santa NO son vacaciones. Entonces, ¿qué es?

En estos días recordamos, actualizamos, revivimos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, el Hijo de Dios que lo dio todo para salvarnos del pecado y abrirnos las puertas del cielo.

En estos días nos toca participar de las distintas Misas y celebraciones litúrgicas que corresponden a cada día, debidamente confesados y listos para comulgar en todas ellas.

Dios es tan bueno, que además nos ofrece, prácticamente en cada una de las celebraciones, la posibilidad de obtener una indulgencia plenaria. ¿Eso qué quiere decir? En términos sencillos significa que el alma queda pura como si recién nos hubiéramos bautizado, sin manchas y sin huellas del pecado. 

Tan es así que, si morimos, la indulgencia plenaria nos permite ir directamente al cielo. Así de grande es la gracia.

Para obtenerla es necesario confesarse, rezar por el Papa, comulgar y realizar el acto concreto para ganar la indulgencia: participar en la Misa del Jueves Santo, en la Adoración Eucarística luego, en la Celebración de la Pasión el Viernes Santo, en el Vía Crucis ese día, en la Vigilia Pascual el Sábado Santo, entre otras.

Estos días son para la reflexión, para mirar en nosotros qué nos falta para seguir adecuadamente al Señor, para despojarnos de aquellas cosas y afectos que nos alejan de Él.

En estos tiempos de crisis, oscuridad y confusión, este testimonio es más importante que nunca. Es esencial mostrarle al mundo que aún quedamos católicos comprometidos con la fe de Cristo.

Y si, querido amigo lector, estás lejos de Dios, estos días son para acercarte a Él que siempre espera con los brazos abiertos, con la dulzura de la misericordia infinita que perdona todo, solo si queremos ser perdonados.

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