El
Papa Francisco denunció el “amor a la caca” de algunos medios de comunicación,
en una reciente entrevista que concedió al periodista Jordi Évole del canal La
Sexta. (Puedes leer parte de sus respuestas AQUÍ).
En
el diálogo que fue transmitido el domingo 31 de marzo, Francisco alertó a los
periodistas y a los medios de comunicación sobre cuatro pecados, faltas o
desviaciones en los que pueden caer, entre los cuales mencionó la coprofilia, que significa literalmente,
dijo, “amor a la caca”.
El
Papa denunció cómo los medios y los periodistas actualmente 1.- desinforman, 2.-calumnian;
3.- difaman y 4.- aman la caca, “la cosa sucia”.
El
Pontífice dijo en la entrevista que “hay medios que viven de publicitar
escándalos sean o no verdaderos, o sean la mitad verdaderos o no, pero viven de
eso”.
También
recordó lo que solía referirle su antecesor en Buenos Aires, el Cardenal Antonio
Quarracino, que decía: “Mirá, yo ese diario no lo puedo leer porque hacés así y
chorrea sangre”.
Las
palabras del Papa ciertamente son un desafío grande y muy concreto para todos
los que nos dedicamos al periodismo y vivimos inmersos en los medios de
comunicación, ya que son cosas muy concretas que ningún medio y ningún periodista se debería permitir.
Por cierto, no es la primera vez que el Papa denuncia la coprofilia de los medios. Ya lo hizo antes. (Puedes verlo AQUÍ).
Los medios, dijo el mismo
Francisco, podrían hacer algo "maravilloso" si no cayesen en estos cuatro pecados.
Creo que lo que dice el Santo Padre también puede aplicarse a la vida de
cualquiera, especialmente en esta época de las redes sociales.
Ahora,
para condenar a alguien, ya no es necesario un juicio o un reportaje: basta un
simple posteo en cualquier red social asegurando algo, sea cierto o no, sobre
alguien.
No
importa nada. Si alguien hace una afirmación en una red social como Facebook,
Twitter o Instagram, de pronto esta se puede hacer viral y puede pulverizar a
cualquiera en minutos.
Puede
arruinar reputaciones que han costado la vida construir, puede aniquilarlo todo
para una persona que tal vez ya vuelva a conseguir un trabajo para sostener a
los suyos dignamente.
Las
redes sociales son buenas para denunciar aquellas cosas que los grandes medios
ignoran o no cubren. Eso es indudable. Pero ahora muchos se aprovechan de eso
para destruir honras, hogares, familias y un gran etcétera que sería largo
enumerar.
Se
me vienen a la mente dos casos concretos: una feminista argentina que denunció
a un amigo suyo de haber abusado de ella cuando no era cierto; y una mexicana
que denunció a un músico por los mismo. Los dos acusados acabaron suicidándose.
Los
medios exponen caca porque la gente la consume. Así de triste es la cosa.
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