Wednesday, December 16, 2020

George Pell: Un cardenal inocente que sufrió cárcel por abusos que nunca cometió


Conocí al Cardenal George Pell cuando visitó la oficina donde yo trabajaba hace ya más de 12 años. Creo que vino a Lima en 2007 o 2008, con certeza antes de la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Sydney (Australia) y que presidió el buen Benedicto XVI.

Algunos años después tuve la oportunidad de entrevistarlo en Roma, en octubre de 2015, en el marco del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, cuando los obispos de Alemania presionaron muy fuerte para que la Iglesia permitiera que se les dé la Comunión a los divorciados en nueva unión.

La conversación me impactó. El Cardenal fue muy claro, muy preciso y sobre todo hizo gala de un gran ingenio para decir las cosas más complicadas, un don que parece haber perfeccionado ahora. Con sus matices agudos también demostró una sutileza elegante. 

Entre las cosas que me dijo dejó muy claro que no era (y no es) “un oponente del Papa Francisco”, como decían entonces algunos que se consideraban, y tal vez se sigan considerando ahora “de la línea de Francisco”, pero no de los obispos con "olor a oveja" de verdad, sino de los que creen que por ser menos ortodoxos en la doctrina son de la línea del Santo Padre. Craso error. 

Por esos días, más de uno acusó al Cardenal Pell y a varios otros buenos cardenales de ser contrarios al Papa por haberse “atrevido” a escribirle una carta en donde lo alertaban de las presiones ideológicas en el Sínodo para que la Iglesia se aleje de la doctrina.

En ese momento el Cardenal Pell ya era Prefecto de la Secretaría de Economía y había sido encargado por el Papa Francisco para poner orden en las finanzas del Vaticano, algo que, sin lugar a dudas, molestó a más de uno, comenzando tal vez por el ahora defenestrado Cardenal italiano Angelo Becciu. 

No se sabe con certeza por qué el Papa Francisco decidió, en septiembre de este 2020, aceptar la renuncia del Cardenal Becciu al cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los “derechos del cardenalato”, lo que incluye que le será imposible participar en el cónclave de los cardenales que elija al próximo Papa. 

Lo que sí se sabe es que el Cardenal Becciu ha sido acusado de malversación de millones de euros, incluida una compra de una propiedad de lujo en Londres, durante el tiempo en el que fue Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano. 

Una acuciosa investigación de Catholic News Agency (CNA) desde el año 2018 explica detalladamente las acusaciones contra el Cardenal Becciu, que las niega. 

Lo más grave del caso es que, según algunos medios italianos, cuando el Cardenal Pell fue juzgado en Australia por abusos sexuales que no cometió y que le costaron 13 meses en una cárcel de Melbourne, el Cardenal Becciu habría enviado dinero del Vaticano a Australia. 

“Por esto espero que no haya suficientes pruebas para demostrar que se usó dinero del Vaticano no necesariamente para corromper directamente, sino solo para envenenar la atmósfera pública contra mí. Por el bien de la Iglesia espero que no haya prueba alguna para establecer eso”, dijo el Cardenal Pell en una entrevista que concedió el 14 de diciembre de este año a Rai Uno

El Cardenal Pell se vio obligado a dejar el cargo de Prefecto de Economía para ir a Australia a defenderse cuando fue acusado. Fue sentenciado injustamente a seis años de cárcel. La Corte Suprema lo absolvió de todos los cargos aceptando su inocencia y fue liberado el 7 de abril de este año. 

George Pell es inocente. Nunca cometió los abusos de los que lo acusaron. Era materialmente imposible que abusara de dos menores en 1996, al final de una Misa en una sacristía de una catedral llena de gente en el lapso de cinco minutos, revestido como estuvo con los ornamentos litúrgicos que usa el sacerdote cuando celebra Misa. 

Uno de los dos demandantes falleció en 2014 pero en 2001, trece años antes, le dijo a su madre que los abusos nunca ocurrieron. 

El Cardenal Pell es inocente, pero seguro no vieron esa noticia con los bombos y platillos con los que los medios arremetieron contra él diciendo que “el número 3 en el Vaticano, el Cardenal de más alto rango, fue acusado de abusos”. 

No lo vieron y no verán ahora a alguno de esos mismos medios hacer algo para resarcirle el honor y la buena fama al Arzobispo australiano. 

George Pell es inocente y ha publicado con la editorial Ignatius Press, su “Prison journal” (Diario de la Prisión), donde no hay lamentos, ni tristeza, sino las reflexiones y comentarios de alguien que se sabe inocente y que ofrece su dolor por los demás, por la Iglesia y por la conversión de quienes, como sus enemigos, están alejados del Señor. 

Yo ya comencé a leerlo, sugiero vivamente su lectura. Pueden comprarlo AQUÍ.


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