Saturday, February 9, 2019

¡Ay Venezuela, cómo me dueles!

Bandera de Venezuela
Foto: Jonathan Alvarez C. / Wikipedia
La última vez que vi una cifra sobre la cantidad de venezolanos en el Perú, el número estaba en 1.7 millones. Me imagino que es posible esa cantidad de hermanos de ese querido país en el nuestro y creo que van a venir más todavía. Con Maduro en el poder, todo está mal y cada día se pone peor.

El buen Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas y líder de la Iglesia en Venezuela, me contó que la cosa es muy complicada y los pobres sufren cada vez más. Ante esta situación, Cáritas, los obispos y las personas de buena voluntad hacen TODO lo que pueden para afrontar la grave escasez de alimentos y medicinas.

Los únicos que no la pasan mal son aquellos que son muy ricos o que pertenecen al gobierno. Los demás están muy mal. Casi no tienen esperanza. Y digo casi porque, cuando hay fe, esa otra virtud teologal también crece y ayuda en la lucha cotidiana.

Don Jorge también me dijo que la única forma en la que puede haber un cambio en Venezuela es con Maduro abandonando el poder. Así que seguiremos rezando para que el tirano se vaya de una vez y para que permita que la ayuda humanitaria llegue a su país.

Hace unos días hablaba con un taxista venezolano. La conversa fue interesante. El hombre estaba casado, pero la mujer y los hijos se habían quedado allá. Él podía enviarles algo de dinero y le quedaba algo para terminar el mes. Me contaba que a veces lo trataban mal.

Todos ellos, migrantes o no, se merecen, como cualquier otro hijo de Dios que los traten como gente no como un problema.

El Papa Francisco pide con frecuencia que a los migrantes se les acoja, se les acompañe y se les integre.

Y no solo a los venezolanos, podemos tenderle la mano con lo poco o mucho que tengamos a cualquiera que necesite ayuda. Tú y yo podemos hacer algo concreto. ¿Y si nos podemos manos a la obra?

Otros posts

LA AMENAZA DEL FEMINISMO RADICAL: CÓMO HACERLE FRENTE




0 comentarios:

Post a Comment